Viernes triste de mayo del dos mil.
A Eduardo Meneses.
Otra vez un lápiz dorado,
Valparaíso duele como un puñal clavado en el casco de un guerrero,
¿ A quien contaremos estas aventuras?,
te divides en cientos quizás miles,
pero nadie sabe que eres invisible como un pájaro que se clava en nuestras espaldas,
llueve,
escucha este llanto de poeta triste,
el amor nos abrasara en los meses de junio,
“bienaventurados los poetas pobres,
De ellos será el reino de los suelos”.
(Efrain Huerta).