Lonkomilla: Calle Serrano ante nosotros

Manifiesto Antropofago.(fragmento)

Solo la antropofagia nos une. Social mente. Económicamente. Filosoficamente.

La lucha entre lo que se llamaría increado y la criatura - ilustrada por la contradicción permanente entre el hombre y su tabú. El amor cotidiano y el el modus viven di capitalista. Antropofagia. Absorción del enemigo sacro. Para transformarlo en tótem. La humana aventura. La terrenal finalidad. Pero , solos las puras élites consiguieron realizar la antropofagia carnal, que trae en si el mas alto sentido de la vida y evita todos los males identificados por Freud, males catequistas. Lo que sucede no es una sublimación del instinto sexual. Es la escala termométrica del instinto antropófago. De carnal, el se vuelve electivo y crea la amistad. Afectivo, el amor. Especulativo, la ciencia. Se desvía y se transfiere. Llegamos al envilecimiento. La baja antropofagia aglomeradas en los pecados del catecismo - la envidia, la usura, la calumnia, el asesinato. Plaga de los llamados pueblos cultos y cristianizados, es en contra de ella que estamos actuando. Antropófagos.

Publicado originalmente en revista Piratininga, revista de antropofagia, año 1, numero 1, mayo de 1928, Brasil.

LONKOMILLA (cabeza de oro)

Galardón, premio, aplauso, reconocimiento....si no fuera por su estructura convencional estos elementos podrían retratar lo que significa convertirse en un cabeza de oro. Hombres de luchas radicales dentro de historias mínimas, retratos de semejantes como trozos de historia política, co-protagonistas de una pequeña lucha de clases dentro de la grande.

El personaje se hace imagen: héroe de su población, de su espacio carcelario, de un enfrentamiento con los pacos, del sindicato, de la calle son y expresan acción, espacio de una infro-justicia que por fin los ensalza, justicia popular reina y señora de los espacios precarios.

Los cabeza de oro son parte de un collage popular que permite la construcción práctica de los acontecimientos del pueblo, las pinturas de Lonkomilla plasman desde el hombre primitivo como recordatorio y raíz radical de los sucesos presentes hasta el hombre-constructo de un origen que no olvida, un hombre que salva y rescata las pulsaciones que determinan su accionar en la lucha minúscula de hoy.

Arte como linea de tiempo que salta, que propone, imagen de lo presente con formas de antaño, de demasiado lejos.

El cabeza de oro sólo es tal cuando puede reconocer en sí mismo la génesis del comportamiento social, lo primario, ese tiempo en que el disfraz, la norma no se ha inventado porque carece de toda verdad.

Constanza Guerrero Pontarelli.
Licenciada en filosofía. UCV.

Tierra en la tierra / Sangre en la sangre

Y que puedo decir yo del hombre
solo que he conocido unos pocos
deambulando por la vida sabiendo muy adentro
las horribles cosas de ser
ahogado en las vicisitudes mas profundas
que le suceden, acontece entero y reflejado
este anfibio, el hombre nuestro de cada día
alimento de otros y del mismo hombre
casi reptando la tierra, surcando mares de oscuridad.

Y que de palabras puedo yo escribir que hablen de palabras
en fin, otro es el mismo camino
la vida es la misma cuando "todos los hombres latirán en mi pulso"
esa búsqueda que se responde por si misma mientras
mas profunda e incomprensible.

Y es intimo el intimista
¿Como saber de seres inefables?
sacudan se las sombras del poderoso anfibio
hay don y palabras que sobreponen la vida
sacudan se con las lineas de su insoluta verdad
¿Quien durmió entre la muerte que al hombre desbordo?

Se sabe y se sufre de sentido
de muerte y de hambre a lo menos.
Cuando todo sentido es inalcanzable y absurdo
en todas estas hambres de todas las muertes
¿Que es el hombre sino sangre en movimiento inmóvil?
¿Quien es el hombre sino el hijo del hombre?

Por eso estas palabras, mas agradecidas
que preliminares, mas de obertura
que apertura.
De aquí en adelante se adentra la tierra en la tierra
la sangre en la sangre
para ser solo sangre y tierra como únicos
testigos del paso de todos los años
donde la poesía acontece tras el poeta
como si cada poema fuera un verso del gran poema
donde cada letra es vida, sangre, dolor, hambre, madre y tierra
todo en solo un segundo de vida del bipolar - bicolor.

Nada se tiene en verdad
cuando nada se espera
¡Habra mayor libertad que esta?

Eduardo Meneses Valencia
1975-2000

viernes, 7 de octubre de 2011

Calle Serrano ante nosotros